La historia del reinado de María

El Papa Pío XII estableció esta fiesta en 1954. Pero el reinado de María tiene raíces en las Escrituras. En la Anunciación, Gabriel anunció que el Hijo de María recibiría el trono de David y reinaría para siempre. En la Visitación, Isabel llama a María “madre de mi Señor”. Como en todos los misterios de la vida de María, ella está íntimamente asociada a Jesús: su realeza es una participación en la realeza de Jesús. También podemos recordar que en el Antiguo Testamento la madre del rey tiene gran influencia en la corte.

En el siglo IV San Efrén llamó a María “Señora” y “Reina”. Más tarde, los padres y doctores de la Iglesia continuaron usando el título. Los himnos de los siglos XI al XIII se dirigen a María como reina: “Salve, Santa Reina”, “Salve, Reina del Cielo”, “Reina del Cielo”. El rosario dominicano y la corona franciscana, así como numerosas invocaciones en la letanía de María, celebran su realeza.

La fiesta es una continuación lógica de la Asunción, y ahora se celebra el día de la octava de esa fiesta. En su encíclica de 1954 A la Reina del Cielo , Pío XII le señala que María merece el título porque es Madre de Dios, porque está íntimamente asociada como Nueva Eva a la obra redentora de Jesús, por su perfección preeminente y por su poder intercesor.

Reflexión

Como sugiere San Pablo en Romanos 8:28-30, Dios ha predestinado a los seres humanos desde toda la eternidad para compartir la imagen de su Hijo. Tanto más María fue predestinada para ser la madre de Jesús. Así como Jesús iba a ser rey de toda la creación, María, en dependencia de Jesús, iba a ser reina. Todos los demás títulos de realeza se derivan de esta intención eterna de Dios. Así como Jesús ejerció su reinado en la tierra sirviendo a su Padre y a sus semejantes, María ejerció su reinado. Así como Jesús glorificado permanece con nosotros como nuestro rey hasta el fin de los tiempos (Mateo 28:20), así también María, quien fue asunta al cielo y coronada reina del cielo y de la tierra.

22 de agosto