La historia del Beato Adolfo Kolping

El surgimiento del sistema de fábricas en la Alemania del siglo XIX llevó a muchos hombres solteros a las ciudades donde enfrentaron nuevos desafíos a su fe. El padre Adolfo Kolping comenzó un ministerio para ellos, con la esperanza de que no se perdieran en la fe católica, como les estaba sucediendo a los trabajadores en otras partes de la Europa industrializada.

Nacido en el pueblo de Kerpen, Adolph se convirtió en zapatero a una edad temprana debido a la situación económica de su familia. Ordenado en 1845, ministró a los jóvenes trabajadores en Colonia, estableciendo un coro, que en 1849 se había convertido en la Sociedad de Jóvenes Trabajadores. Una rama de esto comenzó en St. Louis, Missouri, en 1856. Nueve años más tarde había más de 400 Gesellenvereine (sociedades de trabajadores ) en todo el mundo. Hoy en día, este grupo tiene más de 450 000 miembros en 54 países de todo el mundo.

Más comúnmente llamada Obra Kolping, enfatiza la santificación de la vida familiar y la dignidad del trabajo. El Padre Kolping trabajó para mejorar las condiciones de los trabajadores y ayudó mucho a los necesitados. Él y St. John Bosco en Turín tenían intereses similares en trabajar con jóvenes en las grandes ciudades. Les dijo a sus seguidores: “Las necesidades de los tiempos les enseñarán qué hacer”. El Padre Kolping dijo una vez: “Lo primero que una persona encuentra en la vida y lo último a lo que le tiende la mano, y lo más precioso que posee, aunque no se dé cuenta, es la vida familiar”.

El beato Adolfo Kolping y el beato Juan Duns Escoto están enterrados en la Minoritenkirche de Colonia, originalmente atendida por los franciscanos conventuales. La sede internacional de la Obra Kolping se encuentra frente a esta iglesia.

Los miembros Kolping viajaron a Roma desde Europa, América, África, Asia y Oceanía para la beatificación del Padre Kolping en 1991, el centenario de la encíclica revolucionaria del Papa León XIII “ Rerum Novarum”— “Sobre el orden social”. El testimonio personal y el apostolado del Padre Kolping ayudaron a preparar esa encíclica.

Reflexión

Algunas personas pensaron que el Padre Kolping estaba desperdiciando su tiempo y sus talentos en los jóvenes trabajadores de las ciudades industrializadas. En algunos países, muchos trabajadores veían a la Iglesia Católica como aliada de los propietarios y enemiga de los trabajadores. Hombres como Adolfo Kolping demostraron que eso no era cierto.

10 de diciembre