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11 de diciembre | San Dámaso I

San Dámaso I

Historia de San Dámaso I

Para su secretario San Jerónimo, Dámaso era “una persona incomparable, erudito en las Escrituras, un doctor virgen de la Iglesia virgen, que amaba la castidad y escuchaba con placer sus alabanzas”. Dámaso rara vez escuchó elogios tan desenfrenados. Las luchas políticas internas, las herejías doctrinales, las relaciones incómodas con sus compañeros obispos y los de la Iglesia oriental estropearon la paz de su pontificado.

Hijo de un sacerdote romano, posiblemente de ascendencia española, Dámaso comenzó como diácono en la iglesia de su padre y sirvió como sacerdote en lo que luego se convirtió en la basílica de San Lorenzo en Roma. Sirvió al Papa Liberio (352-366) y lo siguió al exilio.

Cuando murió Liberio, Dámaso fue elegido obispo de Roma; pero una minoría eligió y consagró a otro diácono, Ursinus, como papa. La controversia entre Dámaso y el antipapa desembocó en violentas batallas en dos basílicas, escandalizando a los obispos de Italia. En el sínodo que convocó Dámaso con motivo de su cumpleaños, les pidió que aprobaran sus acciones. La respuesta de los obispos fue cortante: “Nos reunimos para un cumpleaños, no para condenar a un hombre sin escuchar”. Los partidarios del antipapa incluso lograron que Dámaso fuera acusado de un delito grave, probablemente sexual, hasta el año 378 d. C. Tuvo que absolverse ante un tribunal civil y un sínodo de la Iglesia.

Como Papa, su estilo de vida era simple en contraste con otros eclesiásticos de Roma, y ​​fue feroz en su denuncia del arrianismo y otras herejías. Un malentendido de la terminología trinitaria utilizada por Roma amenazó las relaciones amistosas con la Iglesia oriental, y Dámaso solo tuvo un éxito moderado al enfrentar ese desafío.

Durante su pontificado, el cristianismo fue declarado religión oficial del estado romano y el latín se convirtió en el principal idioma litúrgico como parte de las reformas del Papa. Su estímulo a los estudios bíblicos de San Jerónimo condujo a la Vulgata, la traducción latina de las Escrituras que 12 siglos después, el Concilio de Trento declaró que era “auténtica en lecturas públicas, disputas y predicaciones”.

Reflexión

La historia del papado y de la Iglesia está indisolublemente mezclada con la biografía personal de Dámaso. En un período turbulento y fundamental de la historia de la Iglesia, se destaca como un celoso defensor de la fe que sabía cuándo ser progresista y cuándo atrincherarse.

Dámaso nos hace conscientes de dos cualidades del buen liderazgo: estar alerta a los impulsos del Espíritu y el servicio. Sus luchas son un recordatorio de que Jesús nunca prometió a su Roca protección contra los vientos huracanados ni inmunidad a sus seguidores contra las dificultades. Su única garantía es la victoria final.

11 de diciembre

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