La historia de los santos Joaquín y Ana

En las Escrituras, Mateo y Lucas proporcionan una historia familiar legal de Jesús, rastreando la ascendencia para mostrar que Jesús es la culminación de grandes promesas. No solo se descuida a la familia de su madre, sino que tampoco sabemos nada real sobre ellos, excepto que existieron. Incluso los nombres “Joaquín” y “Ana” provienen de una fuente legendaria escrita más de un siglo después de la muerte de Jesús.

El heroísmo y la santidad de estas personas, sin embargo, se infiere de todo el ambiente familiar en torno a María en las Escrituras. Ya sea que nos basemos en las leyendas sobre la infancia de María o hagamos conjeturas a partir de la información de la Biblia, vemos en ella el cumplimiento de muchas generaciones de personas de oración, ella misma inmersa en las tradiciones religiosas de su pueblo.

El carácter fuerte de María en la toma de decisiones, su práctica continua de la oración, su devoción a las leyes de su fe, su firmeza en los momentos de crisis y su devoción a sus familiares, todo indica una familia unida y amorosa que esperaba a la próxima generación, incluso conservando lo mejor del pasado.

Joachim y Anne, ya sea que estos sean sus nombres reales o no, representan toda esa serie tranquila de generaciones que cumplen fielmente sus deberes, practican su fe y establecen una atmósfera para la venida del Mesías, pero permanecen en la oscuridad.

Reflexión

Esta es la “fiesta de los abuelos”. Les recuerda a los abuelos su responsabilidad de establecer un tono para las generaciones venideras: deben hacer vivir las tradiciones y ofrecerlas como una promesa a los niños pequeños. Pero la fiesta también tiene un mensaje para la generación más joven. Les recuerda a los jóvenes que la mayor perspectiva, la profundidad de la experiencia y la apreciación de los ritmos profundos de la vida de las personas mayores son parte de una sabiduría que no debe tomarse a la ligera ni ignorarse.

26 de julio