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24 de junio | Natividad de San Juan Bautista

Natividad de San Juan Bautista

Historia de San Juan Bautista

Jesús llamó a Juan el mayor de todos los que le habían precedido: “Os digo que entre los nacidos de mujer, nadie es mayor que Juan…”. Pero Juan habría estado completamente de acuerdo con lo que Jesús agregó: “[S]in embargo, el más pequeño en el reino de Dios es mayor que él” (Lucas 7:28).

John pasó su tiempo en el desierto, un asceta. Comenzó a anunciar la venida del Reino ya llamar a todos a una reforma fundamental de vida. Su propósito era preparar el camino para Jesús. Su bautismo, dijo, fue para el arrepentimiento. Pero vendría uno que bautizaría con Espíritu Santo y fuego. Juan no era digno ni de desatar sus sandalias. Su actitud hacia Jesús fue: “Él debe crecer; debo disminuir” (Juan 3:30).

Juan se humilló al encontrar entre la multitud de pecadores que venían a ser bautizados a quien ya sabía que era el Mesías. “Necesito ser bautizado por ti” (Mateo 3:14b). Pero Jesús insistió: “Permítelo ahora, porque así conviene que cumplamos toda justicia” (Mateo 3:15b). Jesús, humano verdadero y humilde, así como Dios eterno, estaba ansioso por hacer lo que se requería de cualquier buen judío. Jesús entró así públicamente en la comunidad de los que esperaban al Mesías. Pero haciéndose parte de esa comunidad, la hizo verdaderamente mesiánica.

La grandeza de Juan, su lugar central en la historia de la salvación, se ve en el gran énfasis que Lucas le da al anuncio de su nacimiento y al evento mismo, ambos hechos prominentemente paralelos a los mismos acontecimientos en la vida de Jesús. Juan atrajo a innumerables personas a las orillas del Jordán, y a algunas personas se les ocurrió que él podría ser el Mesías. Pero constantemente se refirió a Jesús, incluso hasta enviar a algunos de sus seguidores para que se convirtieran en los primeros discípulos de Jesús.

Quizás la idea de Juan sobre la venida del Reino de Dios no se estaba cumpliendo a la perfección en el ministerio público de Jesús. Por alguna razón, cuando estaba en la cárcel envió a sus discípulos a preguntarle a Jesús si él era el Mesías. La respuesta de Jesús mostró que el Mesías iba a ser una figura como la del Siervo Sufriente de Isaías. El mismo Juan compartiría el patrón de sufrimiento mesiánico, perdiendo su vida por la venganza de Herodías.

Reflexión

Juan nos desafía a los cristianos a la actitud fundamental del cristianismo: la dependencia total del Padre, en Cristo. Excepto la Madre de Dios, nadie tuvo una función superior en el desarrollo de la salvación. Sin embargo, el más pequeño en el reino, dijo Jesús, es mayor que él, por el don puro que da el Padre. Tanto el atractivo como la austeridad de Juan, su feroz coraje para denunciar el mal, todo se deriva de su colocación fundamental y total de su vida dentro de la voluntad de Dios.

24 de junio

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