7 de junio | Beato Franz Jägerstätter

La historia del beato Franz Jägerstätter

Llamado a luchar por su país como soldado nazi, Franz finalmente se negó, y este esposo y padre de tres hijas, Rosalie, Marie y Aloisia, fue ejecutado por eso.

Nacido en St. Radegund en la Alta Austria, Franz perdió a su padre durante la Primera Guerra Mundial y fue adoptado después de que Heinrich Jaegerstaetter se casara con Rosalia Huber. De joven, le encantaba andar en motocicleta y era el líder natural de una pandilla cuyos miembros fueron arrestados en 1934 por peleas. Durante tres años trabajó en las minas de otra ciudad y luego regresó a St. Radegund, donde se hizo agricultor, se casó con Franziska y vivió su fe con una convicción tranquila pero intensa.

En 1938, se opuso públicamente al Anschluss (anexión) alemán de Austria. Al año siguiente, fue reclutado por el ejército austríaco, entrenado durante siete meses y luego recibió un aplazamiento. En 1940, Franz fue llamado nuevamente, pero se le permitió regresar a casa a pedido del alcalde de la ciudad. Estuvo en servicio activo entre octubre de 1940 y abril de 1941, pero nuevamente fue aplazado. Su párroco, otros sacerdotes y el obispo de Linz lo instaron a no negarse a servir si lo reclutaban.

En febrero de 1943, Franz fue llamado nuevamente a filas y fue informado por oficiales del ejército en Enns, Austria. Cuando se negó a prestar juramento de lealtad a Hitler, fue encarcelado en Linz. Más tarde se ofreció como voluntario para servir en el cuerpo médico, pero no fue asignado allí.

Durante la Semana Santa, Franz escribió a su esposa: “Se acerca la Pascua y, si es la voluntad de Dios que nunca más en este mundo podamos celebrar la Pascua juntos en nuestro círculo íntimo familiar, podemos mirar hacia adelante con la feliz confianza de que, cuando amanece la eterna mañana de Pascua, nadie en nuestro círculo familiar faltará, para que entonces se nos permita regocijarnos juntos para siempre”. Fue trasladado en mayo a una prisión en Berlín.

Cuando su abogado le preguntó que otros católicos estaban sirviendo en el ejército, Franz respondió: “Solo puedo actuar en mi propia conciencia. Yo no juzgo a nadie. Solo puedo juzgarme a mí mismo”. Continuó: “He considerado a mi familia. He orado y puesto mi familia y yo en las manos de Dios. Sé que, si hago lo que creo que Dios quiere que haga, él cuidará de mi familia”.

El 8 de agosto de 1943, Franz le escribió a Fransizka: “Querida esposa y madre, una vez más te agradezco de corazón por todo lo que has hecho por mí en mi vida, por todos los sacrificios que has hecho por mí. Les ruego que me perdonen si los he lastimado u ofendido, así como yo lo he perdonado todo... Mi afectuoso saludo para mis queridos hijos. Seguramente le rogaré al amado Dios, si se me permite entrar al cielo pronto, que reserve un pequeño lugar en el cielo para todos ustedes”.

Franz fue decapitado y cremado al día siguiente. En 1946, sus cenizas se volvieron a enterrar en St. Radegund cerca de un monumento inscrito con su nombre y los nombres de casi 60 aldeanos que murieron durante su servicio militar. Fue beatificado en Linz el 26 de octubre de 2007. Su “testamento espiritual” se encuentra ahora en la iglesia de San Bartolomé de Roma como parte de un santuario dedicado a los mártires del siglo XX por su fe.

7 de junio