La historia de Lázaro

Lázaro, el amigo de Jesús, el hermano de Marta y María, era de quien decían los judíos: “Mira cuánto lo amaba”. A la vista de ellos, Jesús resucitó a su amigo Lázaro de entre los muertos.

Abundan las leyendas sobre la vida de Lázaro después de la muerte y resurrección de Jesús. Se supone que dejó un relato escrito de lo que vio en el otro mundo antes de ser llamado a la vida. Algunos dicen que siguió a Pedro a Siria. Otra historia es que, a pesar de que los judíos lo pusieron en un bote con fugas en Jaffa, él, sus hermanas y otros aterrizaron a salvo en Chipre. Allí murió en paz después de servir como obispo durante 30 años.

Se construyó una iglesia en su honor en Constantinopla y algunas de sus supuestas reliquias fueron trasladadas allí en 890. Una leyenda occidental cuenta que el barco sin remos llegó a la Galia. Allí fue obispo de Marsella, fue martirizado después de hacer un número de conversos y fue enterrado en una cueva. Sus reliquias fueron trasladadas a la nueva catedral de Autun en 1146.

Es cierto que hubo temprana devoción al santo. Alrededor del año 390, la peregrina Etheria habla de la procesión que tuvo lugar el sábado anterior al Domingo de Ramos en la tumba donde Lázaro había resucitado de entre los muertos. En Occidente, el Domingo de Pasión se llamaba Dominica de Lázaro , y Agustín nos cuenta que en África se leía el Evangelio de la resurrección de Lázaro en el oficio del Domingo de Ramos.

Reflexión

Muchas personas que han tenido una experiencia cercana a la muerte informan haber perdido todo miedo a la muerte. Cuando Lázaro murió por segunda vez, tal vez no tuvo miedo. Debió estar seguro de que Jesús, el amigo con el que había compartido muchas comidas y conversaciones, estaría esperando para resucitarlo. No compartimos el conocimiento de primera mano de Lázaro sobre el regreso de la tumba. Sin embargo, también nosotros hemos compartido comidas y conversaciones con Jesús, que espera resucitarnos también a nosotros.

27 de marzo