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2 de marzo | Santa Inés de Bohemia

Santa Inés de Bohemia

Historia de Santa Inés de Bohemia

Agnes no tuvo hijos propios, pero sin duda fue una fuente de vida para todos los que la conocieron.

Agnes era hija de la reina Constanza y el rey Ottokar I de Bohemia. Estaba prometida al duque de Silesia, que murió tres años después. Cuando creció, decidió que quería ingresar a la vida religiosa.

Después de declinar los matrimonios con el rey Enrique VII de Alemania y el rey Enrique III de Inglaterra, Agnes se enfrentó a una propuesta de Federico II, el emperador del Sacro Imperio Romano Germánico. Pidió ayuda al Papa Gregorio IX. El Papa fue persuasivo; Federico dijo magnánimamente que no podía ofenderse si Agnes prefería al Rey del Cielo a él.

Después de que Agnes construyera un hospital para los pobres y una residencia para los frailes, financió la construcción de un monasterio de Clarisas en Praga. En 1236, ella y otras siete mujeres nobles ingresaron en este monasterio. Santa Clara envió a cinco hermanas de San Damián para que se unieran a ellas y le escribió a Inés cuatro cartas aconsejándola sobre la belleza de su vocación y sus deberes como abadesa.

Agnes se hizo conocida por la oración, la obediencia y la mortificación. La presión papal la obligó a aceptar su elección como abadesa, sin embargo, el título que prefirió fue el de “hermana mayor”. Su posición no le impedía cocinar para las otras hermanas y remendar la ropa de los leprosos. Las hermanas la encontraron amable pero muy estricta en cuanto a la observancia de la pobreza; ella rechazó la oferta de su hermano real de establecer una dotación para el monasterio.

La devoción a Agnes surgió poco después de su muerte el 6 de marzo de 1282. Fue canonizada en 1989.

Reflexión

Agnes pasó al menos 45 años en un monasterio de Clarisas. Una vida así requiere mucha paciencia y caridad. La tentación del egoísmo ciertamente no desapareció cuando Agnes entró al monasterio. Quizá nos resulte fácil pensar que las monjas de clausura “lo tienen hecho” en cuanto a la santidad. Su ruta es la misma que la nuestra: cambio gradual de nuestras normas —inclinaciones al egoísmo— por las normas de generosidad de Dios.

2 de marzo

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