Historia de San Esteban de Mar Saba

Un letrero de “no molestar” ayudó al santo de hoy a encontrar la santidad y la paz.

Esteban de Mar Saba era sobrino de San Juan Damasceno, quien introdujo al niño en la vida monástica a partir de los 10 años. Cuando cumplió los 24, Esteban sirvió a la comunidad de diversas maneras, incluso como maestro invitado. Después de algún tiempo, pidió permiso para vivir una vida de ermitaño. La respuesta del abad fue sí y no: Stephen podía seguir su estilo de vida preferido durante la semana, pero los fines de semana debía ofrecer sus habilidades como consejero. Esteban colocó una nota en la puerta de su celda: “Perdónenme, Padres, en el nombre del Señor, pero les ruego que no me molesten excepto los sábados y domingos”.

A pesar de su llamado a la oración y al silencio, Stephen mostró habilidades asombrosas con la gente y fue un valioso guía espiritual.

Su biógrafo y discípulo escribió sobre Esteban: “Cualquier ayuda, espiritual o material, que se le pedía, la daba. Él recibió y honró a todos con la misma bondad. Nada poseía y nada le faltaba. En total pobreza poseyó todas las cosas.”

Esteban murió en 794.

Reflexión

San Esteban de Mar Saba conocía el valor de la soledad. A pesar de que era generoso y servía a quien se acercaba a él, disfrutaba de su tiempo a solas. Tal vez podamos aprender de él el valor de la soledad y buscarla un poco más en nuestra vida.

31 de marzo