La historia de Katharine Drexel

Si tu padre es un banquero internacional y viajas en un vagón de ferrocarril privado, es poco probable que te veas arrastrado a una vida de pobreza voluntaria. Pero si tu madre abre tu casa a los pobres tres días a la semana y tu padre pasa media hora cada noche en oración, no es imposible que dediques tu vida a los pobres y regales millones de dólares. Katharine Drexel hizo eso.

Nacida en Filadelfia en 1858, tuvo una excelente educación y viajó mucho. Como niña rica, Katharine también tuvo un gran debut en la sociedad. Pero cuando cuidó a su madrastra durante una enfermedad terminal de tres años, vio que todo el dinero de Drexel no podía comprar seguridad contra el dolor o la muerte, y su vida dio un giro profundo.

Katharine siempre había estado interesada en la difícil situación de los indios, y se horrorizó por lo que leyó en A Century of Dishonor de Helen Hunt Jackson. Durante una gira europea, conoció al Papa León XIII y le pidió que enviara más misioneros a Wyoming para su amigo, el obispo James O'Connor. El Papa respondió: "¿Por qué no te haces misionero?". Su respuesta la sorprendió y la hizo considerar nuevas posibilidades.

De regreso a casa, Katharine visitó las Dakotas, conoció al líder sioux Red Cloud y comenzó su ayuda sistemática a las misiones indias.

Katharine Drexel podría haberse casado fácilmente. Pero después de mucha discusión con el obispo O'Connor, ella escribió en 1889: "La fiesta de San José me trajo la gracia de dar el resto de mi vida a los indios y los mestizos". Los titulares de los periódicos gritaban "¡Renuncia a siete millones!"

Después de tres años y medio de formación, la Madre Drexel y su primer grupo de monjas, las Hermanas del Santísimo Sacramento para indios y mestizos, abrieron un internado en Santa Fe. Siguió una serie de fundaciones. Para 1942, tenía un sistema de escuelas católicas para negros en 13 estados, además de 40 centros misioneros y 23 escuelas rurales. Los segregacionistas acosaron su trabajo, incluso quemando una escuela en Pensilvania. En total, estableció 50 misiones para indios en 16 estados.

Dos santos se conocieron cuando la Madre Cabrini aconsejó a la Madre Drexel sobre la “política” de lograr que la Regla de su orden fuera aprobada en Roma. Su mayor logro fue la fundación de la Universidad Xavier en Nueva Orleans, la primera universidad católica en los Estados Unidos para afroamericanos.

A los 77 años, Madre Drexel sufrió un infarto y se vio obligada a jubilarse. Al parecer, su vida había terminado. Pero ahora venían casi 20 años de oración silenciosa e intensa desde una pequeña habitación con vista al santuario. Pequeños cuadernos y hojas de papel registran sus diversas oraciones, incesantes aspiraciones y meditaciones. Murió a los 96 años y fue canonizada en 2000.

Reflexión

Los santos siempre han dicho lo mismo: Oren, sean humildes, acepten la cruz, amen y perdonen. Pero es bueno escuchar estas cosas en el idioma estadounidense de alguien que, por ejemplo, se perforó las orejas cuando era adolescente, que decidió "no comer pastel, no conservas", que usaba un reloj, fue entrevistado por la prensa, viajó en tren y pudo preocuparse por el tamaño adecuado de la tubería para una nueva misión. Estos son recordatorios obvios de que la santidad se puede vivir en la cultura actual, así como en la de Jerusalén o Roma.

3 de marzo