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25 de mayo | San Beda el Venerable

San Beda el Venerable

La historia de San Beda el Venerable

Beda es uno de los pocos santos honrados como tal incluso durante su vida. Sus escritos estaban tan llenos de fe y saber que aun cuando aún vivía, un concilio eclesiástico ordenó que se leyeran públicamente en las iglesias.

A una edad temprana, Beda fue confiada al cuidado del abad del Monasterio de San Pablo, Jarrow. La feliz combinación del genio y la instrucción de monjes eruditos y santos produjo un santo y un erudito extraordinario, quizás el más destacado de su época. Profundo versado en todas las ciencias de su época: la filosofía natural, los principios filosóficos de Aristóteles, la astronomía, la aritmética, la gramática, la historia eclesiástica, la vida de los santos y, especialmente, la Sagrada Escritura.

Desde el momento de su ordenación al sacerdocio a los 30 años (había sido ordenado diácono a los 19) hasta su muerte, Beda estuvo siempre ocupado con el aprendizaje, la escritura y la enseñanza. Además de los muchos libros que copió, compuso 45 propios, incluidos 30 comentarios sobre libros de la Biblia.

Su Historia eclesiástica del pueblo inglés se considera comúnmente de importancia decisiva en el arte y la ciencia de escribir historia. Una era única estaba llegando a su fin en el momento de la muerte de Beda: había cumplido su propósito de preparar a la cristiandad occidental para asimilar el norte bárbaro no romano. Beda reconoció la apertura de un nuevo día en la vida de la Iglesia incluso cuando estaba sucediendo.

Aunque buscado ansiosamente por reyes y otros notables, incluso el Papa Sergio, Beda logró permanecer en su propio monasterio hasta su muerte. Sólo una vez se ausentó durante unos meses para dar clases en la escuela del arzobispo de York. Beda murió en 735 rezando su oración favorita: “Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo. Como en el principio, así ahora y por los siglos de los siglos.

Reflexión

Aunque su Historia es el mayor legado que nos ha dejado Beda, no debe pasarse por alto su obra en todas las ciencias, especialmente en la Escritura. Durante su última Cuaresma, Beda trabajó en una traducción del Evangelio de San Juan al inglés, completándolo el día de su muerte. Pero de esta obra de “dar la palabra a los pobres e indoctos” nada queda hoy.

25 de mayo

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