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2 de mayo | San Atanasio

San Atanasio

Historia de San Atanasio

Atanasio llevó una vida tumultuosa pero dedicada al servicio de la Iglesia. Fue el gran campeón de la fe contra la herejía generalizada del arrianismo, la enseñanza de Arrio de que Jesús no era verdaderamente divino. El vigor de sus escritos le valió el título de doctor de la Iglesia.

Nacido en una familia cristiana en Alejandría, Egipto, y con una educación clásica, Atanasio se convirtió en secretario de Alejandro, el obispo de Alejandría, ingresó al sacerdocio y finalmente fue nombrado obispo. Su predecesor, Alejandro, había sido un crítico abierto de un nuevo movimiento que crecía en Oriente: el arrianismo.

Cuando Atanasio asumió su papel como obispo de Alejandría, continuó la lucha contra el arrianismo. Al principio, parecía que la batalla se ganaría fácilmente y que el arrianismo sería condenado. Tal, sin embargo, no resultó ser el caso. Se convocó el Concilio de Tiro y, por varias razones que aún no están claras, el emperador Constantino exilió a Atanasio al norte de la Galia. Este iba a ser el primero de una serie de viajes y exilios que recuerdan la vida de San Pablo.

Después de la muerte de Constantino, su hijo restauró a Atanasio como obispo. Sin embargo, esto duró sólo un año, ya que fue depuesto una vez más por una coalición de obispos arrianos. Atanasio llevó su caso a Roma y el Papa Julio I convocó un sínodo para revisar el caso y otros asuntos relacionados.

Cinco veces Atanasio fue exiliado por su defensa de la doctrina de la divinidad de Cristo. Durante un período de su vida, disfrutó de 10 años de relativa paz: leyendo, escribiendo y promoviendo la vida cristiana de acuerdo con el ideal monástico al que estaba muy dedicado. Sus escritos dogmáticos e históricos son casi todos polémicos, dirigidos contra todos los aspectos del arrianismo.

Entre sus escritos ascéticos, su Vida de San Antonio alcanzó una popularidad asombrosa y contribuyó en gran medida al establecimiento de la vida monástica en todo el mundo cristiano occidental.

Reflexión

Atanasio sufrió muchas pruebas mientras era obispo de Alejandría. Se le dio la gracia de permanecer fuerte contra lo que probablemente a veces parecía ser una oposición insuperable. Atanasio vivió plenamente su oficio de obispo. Defendió la verdadera fe para su rebaño, sin importar el costo para él. En el mundo de hoy estamos experimentando este mismo llamado a permanecer fieles a nuestra fe, pase lo que pase.

2 de Mayo

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