La historia del Beato Miguel Giedroyc

Una vida de dolor físico y tormento mental no impidió que Michael Giedroyc alcanzara la santidad.

Nacido cerca de Vilnius, Lituania, Michael sufrió de discapacidades físicas y permanentes desde su nacimiento. Era un enano que tenía el uso de un solo pie. Debido a su delicada condición física, su educación formal fue frecuentemente interrumpida. Pero con el tiempo, Michael mostró habilidades especiales en el trabajo del metal. Trabajando con bronce y plata, creó vasos sagrados, incluidos cálices.

Viajó a Cracovia, Polonia, donde se unió a los agustinos. Recibió permiso para vivir la vida de un ermitaño en una celda contigua al monasterio. Allí Michael pasó sus días en oración, ayunó y se abstuvo de toda comida y vivió hasta una edad avanzada. Aunque supo el significado del sufrimiento a lo largo de sus años, su rica vida espiritual le trajo consuelo. La larga vida de Michael terminó en 1485 en Cracovia.

Quinientos años después, el Papa Juan Pablo II visitó la ciudad y se dirigió a la facultad de la Academia Pontificia de Teología. El siglo XV en Cracovia, dijo el Papa, fue “el siglo de los santos”. Entre los que citó estaba el Beato Michael Giedroyc.

Reflexión

Muchas personas se enfrentan hoy en día a una vida de sufrimiento y discriminación debido a las limitaciones físicas. Pidámosle al Beato Miguel Giedroyc que ore por ellos para que su situación sea abordada por la sociedad en general.

4 de mayo