Historia de San Juan de Capistrano

Se ha dicho que los santos cristianos son los más grandes optimistas del mundo. No ciegos a la existencia y las consecuencias del mal, basan su confianza en el poder de la redención de Cristo. El poder de conversión a través de Cristo se extiende no solo a las personas pecadoras sino también a los eventos calamitosos.

Imagina haber nacido en el siglo XIV. Un tercio de la población y casi el 40 por ciento del clero fueron aniquilados por la peste bubónica. El Cisma de Occidente dividió a la Iglesia en dos o tres pretendientes a la Santa Sede a la vez. Inglaterra y Francia estaban en guerra. Las ciudades-estado de Italia estaban constantemente en conflicto. No es de extrañar que la tristeza dominara el espíritu de la cultura y la época.

John Capistrano nació en 1386. Su educación fue completa. Su talento y éxito fueron grandes. Cuando tenía 26 años fue nombrado gobernador de Perugia. Encarcelado tras una batalla contra los Malatesta, resolvió cambiar por completo su forma de vida. A la edad de 30 años ingresó al noviciado franciscano y fue ordenado sacerdote cuatro años después.

La predicación de Juan atrajo a grandes multitudes en un momento de apatía y confusión religiosa. Él y 12 hermanos franciscanos fueron recibidos en los países de Europa central como ángeles de Dios. Fueron fundamentales para revivir una fe y una devoción moribunda.

La propia Orden Franciscana estaba en crisis por la interpretación y observancia de la Regla de San Francisco. A través de los esfuerzos incansables de John y su experiencia en la ley, los fraticelli heréticos fueron suprimidos y los "Espirituales" fueron liberados de la interferencia en su observancia más estricta.

Juan de Capistrano ayudó a lograr una breve reunión con las iglesias griega y armenia.

Cuando los turcos capturaron Constantinopla en 1453, Juan recibió el encargo de predicar una cruzada para la defensa de Europa. Obteniendo poca respuesta en Baviera y Austria, decidió concentrar sus esfuerzos en Hungría. Dirigió el ejército a Belgrado. Bajo el gran general John Hunyadi, obtuvieron una victoria abrumadora y se levantó el sitio de Belgrado. Agotado por sus esfuerzos sobrehumanos, Capistrano fue presa fácil de una infección después de la batalla. Murió el 23 de octubre de 1456.

Reflexión

John Hofer, biógrafo de John Capistrano, recuerda una organización de Bruselas que lleva el nombre del santo. Buscando resolver los problemas de la vida en un espíritu plenamente cristiano, su lema era: “Iniciativa, Organización, Actividad”. Estas tres palabras caracterizaron la vida de Juan. No era de los que se quedaban sentados. Su profundo optimismo cristiano lo llevó a combatir los problemas a todos los niveles con la confianza que engendra una profunda fe en Cristo.

23 de octubre