31 de agosto | Santos José de Arimatea y Nicodemo
Historia de los santos José de Arimatea y Nicodemo
Las acciones de estos dos influyentes líderes judíos dan una idea del poder carismático de Jesús y sus enseñanzas, y los riesgos que podría implicar seguirlo.
José era un líder cívico rico y respetado que se había convertido en discípulo de Jesús. Después de la muerte de Jesús, José obtuvo el cuerpo de Jesús de manos de Pilato, lo envolvió en lino fino y lo enterró. Por estas razones, José es considerado el santo patrón de los directores de funerarias y portadores del féretro. Más importante es el coraje que mostró José al pedirle a Pilato el cuerpo de Jesús. Jesús era un criminal condenado que había sido ejecutado públicamente. Según algunas leyendas, José fue castigado y encarcelado por tan atrevido acto.
Nicodemo era fariseo y, al igual que José, un importante judío del primer siglo. Sabemos por el Evangelio de Juan que Nicodemo fue a Jesús por la noche, en secreto, para comprender mejor sus enseñanzas sobre el reino. Más tarde, habló por Jesús en el momento de su arresto y ayudó en el entierro de Jesús. Sabemos poco más acerca de Nicodemo.
Reflexión
Celebrar a estos dos contemporáneos de Jesús que desempeñaron papeles significativos en la vida de Jesús, nos recuerda la humanidad de Jesús y cómo se relacionaba con sus semejantes, hombres y mujeres. Su amabilidad hacia estos dos y su aceptación de su ayuda nos recuerdan que nos trata de la misma manera amable.
31 de agosto