La historia del Beato Daniel Brottier

Daniel pasó la mayor parte de su vida en las trincheras, de una forma u otra.

Nacido en Francia en 1876, Daniel fue ordenado sacerdote en 1899 y comenzó una carrera docente. Eso no lo satisfizo por mucho tiempo. Quería usar su celo por el evangelio mucho más allá del salón de clases. Se unió a la Congregación misionera del Espíritu Santo, que lo envió a Senegal, África Occidental. Después de ocho años allí, su salud se estaba resintiendo. Se vio obligado a regresar a Francia, donde ayudó a recaudar fondos para la construcción de una nueva catedral en Senegal.

Al estallar la Primera Guerra Mundial, Daniel se convirtió en capellán voluntario y pasó cuatro años en el frente. No se retrajo de sus deberes. De hecho, arriesgó su vida una y otra vez al ministrar a los que sufrían y morían. Fue milagroso que no sufriera una sola herida durante sus 52 meses en el corazón de la batalla.

Después de la guerra, fue invitado a ayudar a establecer un proyecto para niños huérfanos y abandonados en un suburbio de París. Allí pasó los últimos 13 años de su vida. Murió en 1936 y fue beatificado por el Papa Juan Pablo II en París solo 48 años después.

Reflexión

El Beato Daniel podría ser llamado “Teflon Dan” ya que nada parecía hacerle daño mientras estaba en medio de la guerra. Dios tenía la intención de usarlo de maneras maravillosas para el bien de la Iglesia y él sirvió de buena gana. Es un buen ejemplo para todos nosotros.

28 de febrero