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22 de marzo | San Nicolás Owen

San Nicolás Owen

La historia de San Nicolás Owen

Nicolás, familiarmente conocido como “Pequeño Juan”, era pequeño en estatura pero grande en la estima de sus compañeros jesuitas.

Nacido en Oxford, este humilde artesano salvó la vida de muchos sacerdotes y laicos en Inglaterra durante la época penal (1559-1829), cuando una serie de estatutos castigaban a los católicos por la práctica de su fe. Durante un período de unos 20 años, Nicolás usó sus habilidades para construir escondites secretos para sacerdotes en todo el país.

Su trabajo, que hizo completamente solo como arquitecto y constructor, fue tan bueno que una y otra vez los sacerdotes escondidos no fueron detectados por las incursiones. Nicholas era un genio a la hora de encontrar y crear lugares seguros: pasadizos subterráneos, pequeños espacios entre paredes, recovecos impenetrables.

En un momento, incluso fue capaz de planear la fuga de dos jesuitas de la Torre de Londres. Cada vez que Nicolás se proponía diseñar tales escondites, comenzaba por recibir la Sagrada Eucaristía y se volvía a Dios en oración durante el largo y peligroso proceso de construcción.

Después de muchos años en su tarea inusual, Nicolás ingresó a la Compañía de Jesús y se desempeñó como hermano lego, aunque, por muy buenas razones, su conexión con los jesuitas se mantuvo en secreto.

Después de varios escapes por los pelos, él mismo finalmente fue capturado en 1594. A pesar de la prolongada tortura, Nicolás se negó a revelar los nombres de otros católicos. Tras ser liberado tras el pago de un rescate, “Little John” volvió a su trabajo. Fue arrestado nuevamente en 1606. Esta vez fue sometido a horribles torturas, sufriendo una muerte agonizante. Los carceleros intentaron insinuar que se había confesado y suicidado, pero su heroísmo y sufrimientos pronto fueron ampliamente conocidos.

Nicholas Owen fue canonizado en 1970 como uno de los 40 mártires de Inglaterra y Gales.

Reflexión

Nicholas era un constructor y arquitecto inteligente que usó sus habilidades para proteger a los sacerdotes en peligro de extinción. Sin su ayuda, cientos de católicos ingleses se habrían visto privados de los sacramentos. Su don para detectar lugares inverosímiles para esconder sacerdotes fue impresionante, pero más impresionante fue su hábito de buscar apoyo para su trabajo en la oración y la Eucaristía. Si seguimos su ejemplo, también podemos descubrir formas sorprendentes de poner nuestras habilidades al servicio de Dios.

22 de marzo

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