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13 de mayo | Nuestra Señora de Fátima

Nuestra Señora de Fátima

La historia de Nuestra Señora de Fátima

Entre el 13 de mayo y el 13 de octubre de 1917, tres niños portugueses, Francisco y Jacinta Marto y su prima Lucia dos Santos, recibieron apariciones de Nuestra Señora en Cova da Iria, cerca de Fátima, una ciudad a 110 millas al norte de Lisboa. María pidió a los niños que rezaran el rosario por la paz mundial, por el fin de la Primera Guerra Mundial, por los pecadores y por la conversión de Rusia.

María les dio a los niños tres secretos. Tras la muerte de Francisco y Jacinta en 1919 y 1920 respectivamente, Lucía reveló el primer secreto en 1927. Se trataba de la devoción al Inmaculado Corazón de María. El segundo secreto fue una visión del infierno. Cuando Lucía creció se hizo monja carmelita y murió en 2005 a la edad de 97 años.

El Papa Juan Pablo II ordenó al Secretario de Estado de la Santa Sede que revelara el tercer secreto en 2000; hablaba de un “obispo de blanco” que fue baleado por un grupo de militares que le dispararon balas y flechas. Mucha gente relacionó esta visión con el atentado contra el Papa Juan Pablo II en la Plaza de San Pedro el 13 de mayo de 1981.

La fiesta de Nuestra Señora de Fátima fue aprobada por el obispo local en 1930; se agregó al calendario mundial de la Iglesia en 2002.

Reflexión

El mensaje de Fátima es simple: Oren. Desafortunadamente, algunas personas, no la hermana Lucía, han distorsionado estas revelaciones, convirtiéndolas en un evento apocalíptico del que ahora son los únicos intérpretes confiables. Por ejemplo, han afirmado que se ha ignorado la petición de María de que se le consagre el mundo. Sor Lucía estuvo de acuerdo en que la consagración pública del Papa Juan Pablo II en la Plaza de San Pedro el 25 de marzo de 1984 cumplió con el pedido de María. La Congregación para la Doctrina de la Fe preparó un documento del 26 de junio de 2000 explicando el “tercer secreto”.

María se siente perfectamente honrada cuando la gente imita generosamente su respuesta: “Hágase en mí como tú dices” (Lucas 1:38). María nunca puede ser vista como rival de Jesús o de la autoridad docente de la Iglesia, tal como la ejerce el colegio de obispos unido al obispo de Roma.

13 de mayo

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