Historia de San Cristóbal Magallanes y compañeros

Al igual que el Beato Miguel Agustín Pro, SJ, Cristóbal y sus 24 compañeros mártires vivieron bajo un gobierno muy anticatólico en México, determinado a debilitar la fe católica de su pueblo. Se cerraron iglesias, escuelas y seminarios; el clero extranjero fue expulsado. Cristóbal estableció un seminario clandestino en Totatiche, Jalisco. Él y los otros sacerdotes se vieron obligados a ministrar en secreto a los católicos durante la presidencia de Plutarco Calles (1924-28).

Todos estos mártires, excepto tres, eran sacerdotes diocesanos. David, Manuel y Salvador eran laicos que fallecieron con su párroco, Luis Batis. Todos pertenecían al movimiento cristero, jurando lealtad a Cristo y a la Iglesia que él estableció, para difundir la Buena Nueva en la sociedad, incluso si los líderes de México habían convertido en un crimen recibir el bautismo o celebrar la Misa.

Estos mártires no murieron como un solo grupo sino durante 22 años en ocho estados mexicanos, siendo Jalisco y Zacatecas los que tienen el mayor número. Fueron beatificados en 1992 y canonizados ocho años después.

Reflexión

Cada mártir se da cuenta de cómo evitar la ejecución, pero se niega a pagar el alto precio de hacerlo. Una conciencia tranquila era más valiosa que una larga vida. Podemos sentirnos tentados a comprometer nuestra fe mientras nos decimos a nosotros mismos que simplemente estamos siendo realistas, lidiando con las situaciones tal como las encontramos. ¿Es realmente la supervivencia el valor supremo? ¿Reflejan nuestras elecciones concretas y diarias nuestros valores más profundos, los que nos permiten “marcar” la forma en que lo hacemos? Cualquiera puede imaginar situaciones en las que ser seguidor de Jesús sea más fácil que la situación actual. Los santos nos recuerdan que nuestras elecciones diarias, especialmente en circunstancias adversas, forman el patrón de nuestras vidas.

21 de mayo