29 de mayo | Santa Magdalena Sofía Barat
La historia de Santa Magdalena Sofía Barat
El legado de Madeleine Sophie Barat se puede encontrar en las más de 100 escuelas operadas por su Sociedad del Sagrado Corazón, instituciones conocidas por la calidad de la educación puesta a disposición de los jóvenes.
La propia Sophie recibió una amplia educación, gracias a su hermano Louis, 11 años mayor y su padrino en el bautismo. Siendo él mismo un seminarista, Louis decidió que su hermana menor también aprendería latín, griego, historia, física y matemáticas, siempre sin interrupción y con un mínimo de compañía. A los 15 años, había recibido una exposición completa a la Biblia, las enseñanzas de los Padres de la Iglesia y la teología. A pesar del régimen opresivo que impuso Louis, la joven Sophie prosperó y desarrolló un genuino amor por el aprendizaje.
Mientras tanto, esta fue la época de la Revolución Francesa y de la supresión de las escuelas cristianas. La educación de los jóvenes, en particular de las niñas, se encontraba en un estado problemático. Sophie, que había discernido una llamada a la vida religiosa, fue persuadida para convertirse en maestra. Fundó la Sociedad del Sagrado Corazón, que se centró en escuelas para los pobres, así como en internados para mujeres jóvenes adineradas. Hoy en día, también se pueden encontrar escuelas mixtas del Sagrado Corazón, junto con escuelas exclusivamente para niños.
En 1826, su Sociedad del Sagrado Corazón recibió la aprobación papal formal. Para entonces ya había servido como superiora en varios conventos. En 1865, sufrió una parálisis; murió ese año en la fiesta de la Ascensión.
Madeleine Sophie Barat fue canonizada en 1925.
Reflexión
Madeleine Sophie Barat vivió en tiempos turbulentos. Tenía solo 10 años cuando comenzó el Reino del Terror. A raíz de la Revolución Francesa, tanto los ricos como los pobres sufrieron antes de que volviera a Francia una apariencia de normalidad. Nacida con cierto grado de privilegio, Sophie recibió una buena educación. Le dolía que se negara la misma oportunidad a otras jóvenes, y se dedicó a educarlas, fueran pobres o acomodadas. Nosotros, que vivimos en un país próspero, podemos seguir su ejemplo ayudando a asegurar a otros las bendiciones que hemos disfrutado.
29 de mayo