La Historia de la Visitación de la Santísima Virgen María

Esta es una fiesta bastante tardía, que se remonta solo al siglo XIII o XIV. Se estableció ampliamente en toda la Iglesia para orar por la unidad. La fecha actual de celebración se fijó en 1969, para seguir a la Anunciación del Señor y preceder a la Natividad de San Juan Bautista.

Como la mayoría de las fiestas de María, está estrechamente relacionada con Jesús y su obra salvadora. Los actores más visibles en el drama de la visitación (ver Lucas 1:39-45) son María e Isabel. Sin embargo, Jesús y Juan Bautista roban la escena de forma oculta. Jesús hace saltar de alegría a Juan, la alegría de la salvación mesiánica. Isabel, a su vez, está llena del Espíritu Santo y dirige palabras de alabanza a María, palabras que resuenan a través de los siglos.

Es útil recordar que no tenemos el relato de un periodista de esta reunión. Más bien, Lucas, hablando en nombre de la Iglesia, da una interpretación de la escena de un poeta en oración. La alabanza de Isabel a María como “la madre de mi Señor” puede verse como la devoción de la Iglesia primitiva a María. Como toda auténtica devoción a María, las palabras de Isabel (la Iglesia) primero alaban a Dios por lo que Dios ha hecho con María. Solo en segundo lugar alaba a María por confiar en las palabras de Dios.

Luego viene el Magnificat (Lucas 1:46-55). Aquí, María misma, como la Iglesia, atribuye toda su grandeza a Dios.

Reflexión

Una de las invocaciones en la letanía de María es “Arca de la Alianza”. Como el Arca de la Alianza de antaño, María trae la presencia de Dios a la vida de otras personas. Mientras David danzaba ante el Arca, Juan el Bautista salta de alegría. Así como el Arca ayudó a unir a las 12 tribus de Israel al ser colocada en la capital de David, María tiene el poder de unir a todos los cristianos en su hijo. A veces, la devoción a María puede haber ocasionado cierta división, pero podemos esperar que la auténtica devoción nos lleve a todos a Cristo y, por lo tanto, a los unos a los otros.

31 de mayo