La historia de San Columbano

Columban fue el mayor de los misioneros irlandeses que trabajaron en el continente europeo. Siendo un joven que estaba muy atormentado por las tentaciones de la carne, buscó el consejo de una mujer religiosa que había vivido una vida de ermitaño durante años. Vio en su respuesta un llamado a dejar el mundo. Fue primero a un monje en una isla en Lough Erne, luego a la gran sede monástica de aprendizaje en Bangor.

Después de muchos años de reclusión y oración, viajó a la Galia con 12 compañeros misioneros. Se ganaron un gran respeto por el rigor de su disciplina, su predicación y su compromiso con la caridad y la vida religiosa en una época caracterizada por la laxitud clerical y las luchas civiles. Columbano estableció varios monasterios en Europa que se convirtieron en centros de religión y cultura. Sus escritos incluyen un tratado sobre la penitencia y contra el arrianismo, sermones, poesía y su regla monástica.

Como todos los santos, encontró oposición. En última instancia, tuvo que apelar al Papa contra las quejas de los obispos francos, para reivindicar su ortodoxia y aprobar las costumbres irlandesas. Reprendió al rey por su vida licenciosa, insistiendo en que se casara. Dado que esto amenazaba el poder de la reina madre, Columban fue deportado a Irlanda. Su barco encalló en una tormenta y continuó su trabajo en Europa, llegando finalmente a Italia, donde encontró el favor del rey de los lombardos. En sus últimos años fundó el famoso monasterio de Bobbio, donde murió. La fiesta litúrgica de San Columbano se celebra el 23 de noviembre.

Reflexión

Ahora que la licencia sexual pública se está volviendo extrema, necesitamos la memoria de la Iglesia de un joven tan preocupado por la castidad como Columbano. Y ahora que el mundo occidental capturado por la comodidad contrasta trágicamente con millones de personas que mueren de hambre, necesitamos el desafío a la austeridad y la disciplina de un grupo de monjes irlandeses. Eran demasiado estrictos, decimos; fueron demasiado lejos. ¿Hasta dónde llegaremos?

26 de noviembre