Historia de San Calixto I

La información más fidedigna sobre este santo proviene de su enemigo San Hipólito, uno de los primeros antipapas, más tarde mártir de la Iglesia. Se utiliza un principio negativo: si hubieran sucedido cosas peores, Hipólito seguramente las habría mencionado.

Calixto era un esclavo en la casa imperial romana. Puesto a cargo del banco por su amo, perdió el dinero depositado, huyó y fue capturado. Después de cumplir una condena por un tiempo, fue puesto en libertad para hacer algún intento de recuperar el dinero. Aparentemente llevó su celo demasiado lejos, siendo arrestado por pelearse en una sinagoga judía. Esta vez fue condenado a trabajar en las minas de Cerdeña. Por influencia de la amante del emperador, fue liberado y se fue a vivir a Anzio.

Después de ganar su libertad, Calixto fue nombrado superintendente del cementerio público cristiano en Roma, todavía llamado el cementerio de San Calixto, probablemente la primera tierra propiedad de la Iglesia. El Papa lo ordenó diácono y lo hizo su amigo y consejero.

Calixto fue elegido Papa por mayoría de votos del clero y los laicos de Roma, y ​​luego fue duramente atacado por el candidato perdedor, San Hipólito, quien se dejó erigir como el primer antipapa en la historia de la Iglesia. El cisma duró unos 18 años.

Hipólito es venerado como santo. Fue desterrado durante la persecución de 235 y reconciliado con la Iglesia. Murió de sus sufrimientos en Cerdeña. Atacó a Calixto en dos frentes: doctrina y disciplina. Hipólito parece haber exagerado la distinción entre Padre e Hijo, casi haciendo dos dioses, posiblemente porque el lenguaje teológico aún no se había refinado. También acusó a Calixto de ser demasiado indulgente, por razones que pueden resultar sorprendentes: 1) Calixto admitió a la Sagrada Comunión a aquellos que ya habían hecho penitencia pública por asesinato, adulterio y fornicación; 2) sostuvo que los matrimonios entre mujeres libres y esclavas eran válidos, en contra de la ley romana; 3) autorizó la ordenación de hombres que habían estado casados ​​dos o tres veces; 4) sostuvo que el pecado mortal no era razón suficiente para deponer a un obispo; 5) mantuvo una política de indulgencia hacia aquellos que habían negado temporalmente su fe durante la persecución.

Calixto fue martirizado durante un disturbio local en Trastevere, Roma, y ​​es el primer Papa, excepto Pedro, en ser conmemorado como mártir en el martirologio más antiguo de la Iglesia.

Reflexión

La vida de este hombre es otro recordatorio de que el curso de la historia de la Iglesia, como el del amor verdadero, nunca transcurrió sin problemas. La Iglesia tuvo que —y aún debe— pasar por la agonizante lucha para enunciar los misterios de la fe en un lenguaje que, como mínimo, establezca barreras definitivas contra el error. En el aspecto disciplinario, la Iglesia tenía que preservar la misericordia de Cristo contra el rigorismo, manteniendo al mismo tiempo el ideal evangélico de conversión radical y autodisciplina. Todo Papa, de hecho todo cristiano, debe recorrer el difícil camino entre la indulgencia “razonable” y el rigorismo “razonable”.

14 de octubre