La historia de Nuestra Señora del Rosario

San Pío V instituyó esta fiesta en 1573. El propósito era agradecer a Dios por la victoria de los cristianos sobre los turcos en Lepanto, victoria atribuida al rezo del rosario. Clemente XI extendió la fiesta a la Iglesia universal en 1716.

El desarrollo del rosario tiene una larga historia. Primero se desarrolló la práctica de rezar 150 Padrenuestros a imitación de los 150 Salmos. Luego hubo una práctica paralela de rezar 150 Avemarías. Pronto se adjuntó un misterio de la vida de Jesús a cada Avemaría. Aunque la entrega del rosario de María a Santo Domingo se reconoce como una leyenda, el desarrollo de esta forma de oración debe mucho a los seguidores de Santo Domingo. Uno de ellos, Alan de la Roche, era conocido como “el apóstol del rosario”. Fundó la primera Cofradía del Rosario en el siglo XV. En el siglo XVI, el rosario se desarrolló hasta su forma actual, con los 15 misterios: gozoso, doloroso y glorioso. En 2002, el Papa Juan Pablo II añadió los cinco Misterios de la Luz a esta devoción.

Reflexión

El propósito del rosario es ayudarnos a meditar en los grandes misterios de nuestra salvación. Pío XII lo llamó un compendio del evangelio. El enfoque principal está en Jesús: su nacimiento, vida, muerte y resurrección. Los Padrenuestros nos recuerdan que el Padre de Jesús es el iniciador de la salvación. Las Avemarías nos recuerdan unirnos a María en la contemplación de estos misterios. También nos hacen tomar conciencia de que María estuvo y está íntimamente unida a su Hijo en todos los misterios de su existencia terrena y celestial. El Gloria Bes nos recuerda que el propósito de toda vida es la gloria de la Trinidad.

El rosario atrae a muchos. Es simple. La constante repetición de palabras ayuda a crear un ambiente en el que contemplar los misterios de Dios. Sentimos que Jesús y María están con nosotros en las alegrías y tristezas de la vida. Crecemos en la esperanza de que Dios nos llevará a compartir la gloria de Jesús y María para siempre.

7 de octubre