La historia de Santa Ángela Merici

Ángela tiene la doble distinción de fundar la primera congregación docente de mujeres en la Iglesia y lo que ahora se llama un “instituto secular” de religiosas.

De joven, se hizo miembro de la Tercera Orden de San Francisco y vivió una vida de gran austeridad, deseando, como San Francisco, no poseer nada, ni siquiera una cama. Al principio de su vida, estaba horrorizada por la ignorancia entre los niños más pobres, cuyos padres no podían o no querían enseñarles los elementos de la religión. Los modales encantadores y la buena apariencia de Angela complementaron sus cualidades naturales de liderazgo. Otros se unieron a ella para dar instrucción regular a las niñas de su barrio.

Fue invitada a vivir con una familia en Brescia (donde, le habían dicho en una visión, algún día fundaría una comunidad religiosa). Su trabajo continuó y se hizo muy conocido. Se convirtió en el centro de un grupo de personas con ideales similares.

Con entusiasmo aprovechó la oportunidad para un viaje a Tierra Santa. Cuando llegaron a Creta, quedó ciega. Sus amigos querían volver a casa, pero ella insistió en seguir adelante con la peregrinación y visitó los santuarios sagrados con tanta devoción y entusiasmo como si tuviera la vista. En el camino de regreso, mientras rezaba ante un crucifijo, recuperó la vista en el mismo lugar donde la había perdido.

A los 57 años organizó un grupo de 12 chicas para ayudarla en la labor de catequesis. Cuatro años más tarde el grupo había aumentado a 28. Ella los integró en la Compañía de Santa Úrsula (patrona de las universidades medievales y venerada como líder de las mujeres) con el propósito de recristianizar la vida familiar a través de una sólida educación cristiana de las futuras esposas y madres. . Los miembros continuaron viviendo en casa, no tenían ningún hábito especial y no hacían votos formales, aunque la Regla primitiva prescribía la práctica de la virginidad, la pobreza y la obediencia. La idea de una congregación docente de mujeres era nueva y llevó tiempo desarrollarla. La comunidad existió así como un “instituto secular” hasta algunos años después de la muerte de Angela.

Reflexión

Como ocurre con tantos santos, la historia se ocupa principalmente de sus actividades. Pero siempre debemos presumir una fe y un amor cristianos profundos en alguien cuyo coraje dure toda la vida y que pueda dar nuevos y audaces pasos cuando la necesidad humana lo exija.

27 de enero