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28 de enero | Santo Tomás de Aquino

Santo Tomás de Aquino

Historia de Santo Tomás de Aquino

Por consenso universal, Tomás de Aquino es el vocero preeminente de la tradición católica de la razón y de la revelación divina. Es uno de los grandes maestros de la Iglesia católica medieval, honrado con los títulos de Doctor de la Iglesia y Doctor angélico.

A los cinco años fue entregado al monasterio benedictino de Monte Cassino con la esperanza de sus padres de que eligiera ese estilo de vida y eventualmente se convirtiera en abad. En 1239 fue enviado a Nápoles para completar sus estudios. Fue aquí donde se sintió atraído por primera vez por la filosofía de Aristóteles.

En 1243, Thomas abandonó los planes de su familia para él y se unió a los dominicanos, para consternación de su madre. Por orden de ella, Thomas fue capturado por su hermano y se quedó en casa durante más de un año.

Una vez libre, se fue a París y luego a Colonia, donde terminó sus estudios con Alberto el Grande. Ocupó dos cátedras en París, vivió en la corte del Papa Urbano IV, dirigió las escuelas dominicanas en Roma y Viterbo, combatió a los adversarios de los mendicantes, así como a los averroístas, y discutió con algunos franciscanos sobre el aristotelismo.

Su mayor contribución a la Iglesia Católica son sus escritos. La unidad, armonía y continuidad de la fe y la razón, del conocimiento humano revelado y natural, impregna sus escritos. Uno podría esperar que Tomás, como hombre del evangelio, fuera un ferviente defensor de la verdad revelada. Pero fue lo suficientemente amplio, lo suficientemente profundo como para ver todo el orden natural como proveniente de Dios el Creador, y para ver la razón como un don divino que debe ser muy apreciado.

La Summa Theologiae , su última y, por desgracia, incompleta obra, trata de toda la teología católica. Dejó de trabajar en él después de celebrar la Misa el 6 de diciembre de 1273. Cuando se le preguntó por qué dejó de escribir, respondió: “No puedo seguir…. Todo lo que he escrito me parece paja en comparación con lo que he visto y lo que me ha sido revelado”. Murió el 7 de marzo de 1274.

Reflexión

Podemos mirar a Tomás de Aquino como un ejemplo imponente del catolicismo en el sentido de amplitud, universalidad e inclusión. Debemos estar nuevamente decididos a ejercer el don divino de la razón en nosotros, nuestro poder de saber, aprender y comprender. Al mismo tiempo debemos agradecer a Dios por el don de su revelación, especialmente en Jesucristo.

28 de enero

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